Este párrafo escrito por Goethe, me parece realmente impresionante, es como la fuerza avasalladora que desea Fausto y que todos llevamos adentro, que ansia con total desesperación, una fuerza activa, esencial y necesaria para conocer y experimentarlo todo, para ir detrás de todos los secretos del mundo, ha descifrar los enigmas mejor ocultos por la naturaleza... "¡Cuan diversamente obra en mi ser este signo! Estas más cerca de mí, Espíritu de la tierra, siento ya más exaltadas mis fuerzas y hállame enardecido, como si fuera por efecto del vino nuevo. Siéndome con bríos para aventurarme en el mundo, para afrontar las amarguras y dichas terrenas, para luchar contra las tormentas y permanecer impávido en medio de los crujidos del naufragio. Las nubes se acumulan sobre mi...la luna vela su luz...mi lámpara se amortigua. Exhalasen vapores...rojas centellas surcan el aire en derredor de mis sienes, un frío estremeciendo baja como un soplo desde la bóveda y se apodera de mi. Bien lo veo: eres tú que flotas en torno mío, Espíritu que yo imploro. ¡Muéstrate a mi vista! ¡Ah! ¡Como se sobresalta mi corazón! Todos mis sentidos pugnan por abrirse a nuevas impresiones. Siento como mi corazón se te entrega por completo. ¡Aparece! ¡Aparece! Preciso es, aunque me cueste la vida.
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